No hay que analizar racionalmente el voto a Macri del domingo, compañeros pensadores, periodistas, filósofos, sociólogos, etc.
Alguien puede creer que ese votó fue de aprobación a su gestión (¿?), a sus proyectos (¿?), a los beneficios otorgados para los ciudadanos de Buenos Aires (¿?), por lo realizado desde el 2007 a la fecha (¿?)
¡NO! El voto de ayer hacia Macri, insito, no fue un voto racional, aglutinó el voto antiperonista porteño. La UCR pareciera que ha dejado de existir, la C.C. perdió su sentido existencial, los gorilas progres van dejando seco a Pino.
Simplemente leamos lo que escribió ARTURO JARETCHE en el año 1966. Si, hace 45 años.
Extraido de LA GRAN PAUTA - Capítulo XII :Las Pautas del Medio Pelo del libro El Medio Pelo en la Sociedad Argentina.
"Las situaciones que caracterizan al "medio pelo" evolucionan históricamente como se anticipó en la introducción de este trabajo, cuando se explicó el criterio aplicado para recoger del ambiente una expresión ya formada para calificar este equívoco estrato social. Se vio entonces que lo que lo define es esa calidad de equívoco y ambiguo, la naturaleza imitativa y ficticia del status que sus componentes se atribuyen, con prescindencia del nivel social en que esto ocurre y que está determinado por la composición social en cada momento histórico.
Así vimos que en la sociedad tradicional el "medio pelo" se ubicaba por debajo de la parte decente y sana de la población en el rango que entonces se entendía por de "gente inferior" en
cuanto un grupo del mismo intentaba reproducir las pautas correspondientes a la gente principal.
También se vio que donde "gente inferior" y color se identificaban, como en el Caribe, el "medio pelo" se manifestaba en los "morenos" que querían disimular su condición adoptando las pautas de comportamiento de los blancos. Aquí eso fue excepcional dado lo reducido de la población de color que como se recuerda en la cita que allí se hace estaba a fin del siglo pasado casi exclusivamente constituida por los ordenanzas de las grandes reparticiones y sus familias que repetían en su vida "social'' los modos de los altos funcionarios ante quienes actuaban, ''con las bandejas". (Recordemos que la actividad más generalizada aun en la colonia entre los morenos fue la de domésticos y que, libertos, adoptaron los apellidos de sus patrones con los que todos ostentaban apellidos tradicionales que hacían más propicia la actitud). Entre 1920 y 1930 el grupo más numeroso de morenos, entre los que contaban los últimos de la raza ya en extinción, que desempeñaban tareas en el Congreso y en la Casa de Gobierno y aquellos en que Vacarezza reclutó muchas veces elementos para el espectáculo tenían un club, al que he concurrido en mis andanzas políticas entre las secciones electorales octava y segunda de la capital, en el barrio que se extiende entre San Juan y el Parque de los Patricios. Allí me fue dable observar ese amaneramiento de que habla la cita y que subsistía en la agonía de un grupo racial.
Pero como se ha dicho esto era de excepción. La expresión "medio pelo" tenía entre nosotros ya una acepción más amplia y no caracterizada racialmente. Así se comenzó a atribuir con preferencia a capas procedentes de las primeras promociones inmigratorias, para terminar aplicándose a niveles mucho más altos, que es el criterio usado en este libro pues lo que en definitiva determina la calificación no es el nivel adonde se produce, sino el carácter falso de las situaciones y el pie forzado con que se las vive, es decir la ficción.
Esta ficción de status ha existido siempre pero sin el carácter masivo de los últimos años, en que dejó de ser episódico y excepcional para convertirse en el modo del vasto sector que se ha
analizado. También se ha visto que esta generalización se produce en el momento histórico de lo que diremos el "aluvión zoológico" para emplear un término característico del "medio pelo". La posición inversa al mismo es ab-initio un signo de status. Ni remotamente toda la gente que se ubica contra el movimiento de 1945 es "medio pelo"; pero todo el "medio pelo" está en esa posiciónporque ella se convierte como signo negativo en un signo afirmativo del status que se busca.
Cuando la clase alta, pasados los episodios de la Unidad Democrática se retrae a su propio medio alejándose de los contactos populares, el "medio pelo" afirma aun más este signo para
convertirlo en el signo de los signos. A través de la Unidad Democrática, la gente del "medio pelo"
ha tenido por un tiempo la ilusión del mismo status con la clase alta. Cuando esta se retrae necesita aferrarse a las pautas que motivaron la convivencia y el "antiperonismo" le resulta el único nexo subsistente. Valorizarlo como símbolo es confirmarse en el status que se atribuye. Con el transcurso del tiempo se convierte en el símbolo por excelencia y así el antiperonismo se convierte en la pauta de las pautas: la Gran Pauta.
Esta pauta las resume a todas porque es pauta de comportamiento y pauta ideológica.
Como pauta ideológica contiene todos los elementos intelectuales aportados por el sarmientismo de la intelligentzia que se acaban de ver y como pauta de comportamiento resume, en la calcomanía de las pautas de la clase alta los signos de distinción que se buscan en ella. Cumple además otra función integradora porque en la comunidad del símbolo, y por el contraste que este establece con el resto de la sociedad que el medio pelo considera por debajo de su status, es un instrumento de fusión endógeno al grupo, que permite en cierta manera reconstruir la imagen de la sociedad tradicional que había derogado el fenómeno inmigratorio. Para los supuestos del "medio pelo" se ha reconstituido la separación entre gente principal, "parte sana y decente" de la población, y clase inferior constituida por los "negros". Sólo que ahora la parte sana y decente se configura con los gringuitos adentro, lo que explica que uno de ellos haya podido hacer la calificación de aluvión zoológico.
Creo que con esto está bien claro que Perón o Peronismo no son más que nombres ocasionales, pretextos; el antiperonismo es tan hecho social como el peronismo; mientras aquel es el nombre que tiene la integración de toda la sociedad argentina en una nueva configuración, éste expresa la resistencia a la misma. Perón o Mongo, ese es el hecho adjetivo. Lo sustantivo es lo que se acaba de decir y se repetirá respecto del hombre o del grupo social que aparezca encabezando la integración inevitable; se reiterará la misma situación que se produjo entonces y cuyos valores entendidos subsisten, al margen de las virtudes o vicios que tenga la conducción. Con mayor razón si el hombre o grupo conductor surge de los estratos medios de la sociedad, y aun por la influencia de un Alcibíades o un Julio César salidos de la clase alta. Este será un desertor que por el solo hecho de actuar al servicio de la causa nacional, identificada con la integración, recibirá las mismas calificaciones y servirá como pauta definitoria a contrario imperio.
Perón y el peronismo, para emplear los términos corrientes de la Sociología de la Cátedra no son otra cosa que el marco de referencia."
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