jueves, 8 de agosto de 2013

Cliché opositor 2. “Para bajar la inflación hay que bajar el gasto público y enfriar la economía”

Si no tenemos trabajo nos quedamos sin ingresos, Si no tenemos ingresos, no podemos consumir productos. Si no se venden productos, cierran los comercios y se deja de producir. Si se deja de producir cierran las fábricas. Si cierran los comercios y las fábricas, nos quedamos sin trabajo. Y es… EL CÍRCULO VICIOSO nefasto que lleva a tener un pueblo infeliz.
Eso es lo que, realmente quieren los chamuyeros economistas, cuando hablan de enfriar la economía y que no intervenga el Estado. Claro, si hay baja demanda de productos consumo, no hay aumentos de precios. Si aumentaran los precios, en esa situación, venderían menos.
El cambio positivo de las políticas implementadas por Néstor y Cristina, nos llevaron y llevan a un crecimiento constante, hicieron y hacen que  haya más trabajo (menos desocupación), con aumentos salariales, por encima de los aumentos de precios, en las paritarias que se convocan todos los años. También  que, haya mejores jubilaciones, con dos aumentos por año y que, millones de personas tuvieran acceso a una jubilación (ej.: Amas de casa). Y los que aún tienen trabajos informales o que estén desocupados, tienen  cobertura social para sus hijos, la Asignación Universal por Hijo.
Al tener, sueldos, jubilaciones y asignaciones dignas, tenemos recursos para comprar los productos  que necesitamos consumir. Por este mayor consumo, hay más ventas, que necesitan mayor producción en las fábricas. Al necesitar más producción, se necesitan más trabajadores. Al haber más trabajadores con ingresos dignos, hay más consumo. Y es… EL CÍRCULO VIRTUOSO que permite tener un pueblo alegre.
Para lograr el crecimiento constante, fue fundamental la renegociación de las deudas externas contraídas por gobiernos anteriores (con una quita del 70% aproximadamente), y así evitar que los intereses nos comiera el hígado. Como también, la valiente decisión de cancelar la deuda con el FMI, y librarnos de quien era el que definía que debíamos ser un país pobre y obediente a sus caprichos.
Cabe recordar que, la sabia decisión  de eliminar las AFJP y determinar que los fondos de los trabajadores fueran administrados por la ANSES, permitió otorgar la Asignación Universal por Hijo y de realizar, con los fondos de los trabajadores, que tenían las AFJP, realizar inversiones productivas, para generar más trabajo.
Es necesario definir lo que es gasto público.
En nuestra vida cotidiana, gasto es lo que pagamos diariamente en alimentación, viáticos, alquiler, etc. Inclusive, por aquellas cosas que podemos hacer en determinadas ocasiones, vacaciones, adquirir ropa, salidas, hacer regalos, etc.
Al comprar, por ejemplo, un terrenito, una casa, un auto, arreglamos la casa, aunque lo paguemos en cuotas y gastemos de nuestro sueldo, no lo consideramos un gasto, es una inversión, porque son bienes perdurables que nos mejora la calidad de vida y la de nuestros hijos, que podrán disfrutar, también, en el futuro.
Es diferente en las cuentas del Estado. Se llama gasto público, a los pagos de jubilaciones, pensiones, de asistencia de seguridad social, asistencia a las provincias y municipios. También a las inversiones en obras para construir escuelas, viviendas,  desarrollo energético, agua potable, cloacas, etc.  Pagos de sueldos de empleados estatales, además los pagos de la deuda pública, ya sean intereses o cancelaciones.
Aunque sean obras que disfrutarán futuras generaciones, son gastos públicos
¿Los chamuyeros quieren bajar el gasto público?
No, lo que quieren, en realidad, es direccionar el gasto hacia otros intereses y negocios relacionados con los bancos, las corporaciones y el endeudamiento
En los 90 para no tener déficit fiscal, se ejecutaron políticas que ocasionaron,  un alto nivel de desocupación. Mantenían un dólar bajo, para beneficiar a las importaciones y a las inversiones especulativas (no aquellas productivas). Provocaron el cierre de miles de fábricas. Empobrecieron y aislaron el interior del país, para no financiar los ferrocarriles, cerraron ramales  y abandonaron miles de kilómetros de vías. La inflación era muy baja pero la infelicidad de las mayorías era muy alta, lo marcaron los altísimos índices de pobreza y de desocupación.
El haber tenido una economía con actividad productiva en baja, año tras año, el país recurría a endeudarse para cumplir con las deudas del exterior. Las provincias, al no tener recursos, pagaban con un carnaval de bonos (Lecop, Patacones, etc.)
Sus consecuencias, la  explosión de diciembre de 2001.
Estamos en el 2013 y es importante saber que, desde hace varios años atrás, las cuentas del Estado dan positivo, no hubo déficit fiscal como les gusta decir a los chamuyeros.
Las políticas definidas por los gobiernos de Néstor y Cristina le dieron prioridad a la seguridad social, la educación, salud,  ciencia y tecnología, la inversión en obras para el bienestar de grandes sectores populares. Así se logró dar continuidad al proceso de crecimiento económico con equidad.  Reflejado en  los índices de desocupación y niveles de pobreza, que bajaron en forma contundente

Entonces… ¿Qué elegimos?
              Bajo nivel de aumento de precios pero alta desocupación y muchas   
                     personas  en situación de pobreza.    
          
              Tener inflación pero teniendo trabajo con aumentos de sueldos y  
                     jubilaciones por encima de la inflación, baja desocupación y menos pobres.



Por Lucho - 6 de agosto de 2013

2 comentarios:

David dijo...

La economía es algo que me interesa mucho y disfruto de leer y ver lo que opinan los economistas y los políticos. Nos juntamos con colegas en algun Alquiler Temporario Argentina y preparamos trabajos sobre este tema

Lucho dijo...

David, gracias por tu comentario.